Sip, esto se remonta a no hace tanto, cuando la vida me demostró que algo tan ínfimo como cruzar nuestras miradas con las de un ser orgánico puede ablandarnos el corazón....
Esto es de cuando yo tuve un perro.... Perra para ser mas exactos, pero vamos a explicarlo desde el día en el que esta sucesión sin sentido de casualidades, que llamo destino, me hizo conocer al ente canino del cual hablamos hoy.
Iba yo muy orondo por las calles de mi ciudad, caminando en la noche plutonica, luego de un arduo día de ejercicio laboral, cuando luego de doblar la esquina, escucho un ruido que no llegue a identificar, con el horror en las venas, debido a la gran cantidad de individuos de dudoso honor con los cuales, usualmente, me cruzo por el camino. Me quede petrificado, fue mi instinto morboso, creo, lo que me obligo a girar sobre mi mismo para darme cuenta que era peor de lo que pensaba...
Desde una caja de cartón a unos metros de mi, surgían toda serie de gemidos, rasguños y otros sonidos que no pude clasificar y que harían temblar a los mas valientes guerreros, conteniendo mi instinto de supervivencia, que para esos momentos me decía a gritos, CORRE BOLUDO!!!!, me acerque a esta posible caja de Pandora que escondía secretos terribles y horrores inimaginables. Tome un palo de la vereda, y con delicadeza científica y cuidado milimétrico, azote la caja con toda la furia que había en mi ser, esta voló un par de metros y en el trayecto dejo caer un grupo de bultos de diminuto tamaño.
Al observar que estos bultos se movían, de manera esporádica, emitiendo gemidos decidí acercarme más y observar a las criaturas cuya procedencia yo atribuía a los más oscuros barracones del infierno. Estos resultaron ser unos cómicos seres de 4 extremidades, (más tarde un estudio revelo que estos animales, para mi, totalmente desconocidos, son de lo más normal en la vida de todos los humanos, y se los conoce con el nombre de “perros”) que parecía batallaban contra el frió de esa noche de invierno.
Estas novedosas criaturas despertaron mi curiosidad y no pude mas que elegir al mas caucásico de pelaje de entre ellos, (El cual además de resultar se un “ella”, tiene un ojo blanco) y me lo lleve a casa, donde fue recibida cariñosamente por el resto de mi familia, que solo me grito insultos durante una hora.
( Acabo de leer todo lo que escribí y se esta poniendo largo, así que resumiré. )
La crianza de esta criatura que tomo por nombre Bianca ha resultado en una de las actividades más divertidas e hilarantes que he realizado.
Al no saber como decidí, en los primeros meses, experimentar con distintos tipos de crianza.
1º- Método utilizado: Amor
Es muy interesante, pero poco productivo y si no disponemos de mucho tiempo puede resultar muy difícil de lograr, así que lo deseche en los primeros días.
Resultados: Además de darme cuenta de que no tengo tanto cariño como creía en mi ser, genero un vicio en mi vástago, el cual se remitía a frotar sus partes pudentas contra mi pierna de manera desaforada.
2º- Método utilizado: Disciplina
Luego de una rigurosa semana, de entrenamiento según un par de libros que encontré por Internet, decidí desecharlo, no por su falta de resultados, sino mas bien por mi problema para con la autoridad.
Resultados: Sentado, Quieto, No-Coma, y la famosa Vueltita.
3º- Método utilizado: Indiferencia
Una semana completa sin prestarle atención al ente canino, fue de lo mas fácil, además el bicho mucho ruido no hacia, al menos luego de los primeros 2 días sin agua.
Resultados: Adelgazamiento severo, Deshidratación, Alucinaciones y una claustrofobia repentina.
4º- Método utilizado: Violencia
A fuerza de golpes, gritos y heavy metal, yo creía que el animal en cuestión desarrollaría tendencias suicidas y/o violentas, pero, aunque no lo crean, me equivoque
Resultados: Un desquiciante terror hacia todo lo que se mueva y genere sonidos mas fuertes que el pasar las hojas en un libro. Paranoia, esquizofrenia y un montón de videos divertidísimos del perro dando su cabeza contra la pared al ritmo de Judas Priest.
Luego de esto, la inesperada movilización de una de mis hermanas a un nuevo hábitat me dio la oportunidad de despedirme de mi fiel cuadrúpedo.
No voy a decir que no extraño sus golpes contra la pared, o sus insistentes ganas de copular con mi pierna, pero se que mi hermana la va a cuidar mejor que yo. Ella tiene una hija, y a mi entender lo único que diferencia un perro de un hijo es la cantidad de patas.
Para los preocupones por la naturaleza, les digo que la perra luego de 1 mes de comida, y continuas sesiones con el psicólogo, esta en perfecto estado, aunque hoy cuando la vi, después de casi 8 meses de irse de casa, intento fornicar con mi pierna mientras golpeaba su cabeza contra la pared.
Juan Pablo <<<>>>
PD: En tu camino te encontraras con personas y tropezaras con piedras, cuídate de las personas, por que las piedras no apuñalan por la espalda.
PDD: ¿Dónde esta Wally? O_O